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jueves, 7 de junio de 2012

tiempo de vida, Marcos Giralt Torrente


Tiempo de vida,

Marcos Giralt Torrente
Premio nacional de Narrativa 2.011.-







PUNTUACIÓN 3/5

Un interesante relato autobiográfico en torno a la muerte, íntimo, doloroso, duro y hermoso a la vez.-

Al fallecimiento del padre del autor acomete el propósito pergueñado durante la enfermedad de escribir sobre su padre, narrar ese proceso cruel desde el conocimiento del diagnóstico hasta el desenlace de su muerte¸ ese tránsito amargo y progresivo maculado en la mente de un hijo que ve extinguirse las esperanza, las fuerzas, los eufemismsos y una vida, llenando la propia existencia de vacíos.-

El relato, siempre en una estructura argumental de novela, es una confesión intimista, escrita en primera persona por el autor, de un incalculable valor testimonial, una introyección inteligente, profunda, reflexiva, impúdica, emotiva y doliente. Marcos Giralt Torrente se implica en un saqueo literario de sus recuerdos junto a su padre, en una arqueología visceral de experiencias arrumbadas, de objetos y escenarios compartidos, de esquirlas de su vida en común difuminadas por el tiempo, la memoria, el desuso, conjuradas en este alambicado libro por la necesidad de cincelar en algo tangible tanto dolor acumulado.

Tras esta prospección, en la que se incluyen numerosas lecturas de escritores que plasmaron en un texto la compleja emoción al perder a un padre, comienza a escribir la narración, surgiendo dudas sobre el enfoque y rellenando frases en un ejercicio de expiación, hasta adquirir la obra un cuerpo ordenado y cronológico, con sinuosas y espontáneas disgresiones de todo tipo sobre la relación entre ambos.
Las descripciones físicas y de la personalidad de su padre, son una inmersión psicológica analítica y minuciosa, adjetivando sus caracteres, los anhelos creativos como pintor, sus fracasos personales y profesionales. Escupe en el libro los mutuos reproches, reivindica su abandono durante la infancia, sus cómplices silencios, los aplazamientos afectivos, su refractario y torpe cumplimiento de labores paternas, sus ausencias en momentos importantes en su vida. También glosa, no en panegírico, las virtudes, la sensibilidad artística, un espíritu cosmopolita, abierto, su solidaridad, el respeto hacia los demás, el escrutinio práctico de aspectos de la vida, la inquebrantable defensa por su obra y por los compañeros de profesión, su talento, su humildad.-
El autor nos desnuda su pasado y hace un brilante y personal homenaje hacia su padre.
El relato también apunta cuestiones de calado cultural muy interesantes. El fallecido vivió durante toda su vida de la pintura exponiendo y vendiendo su obra por todo el mundo, con un dispar éxito comercial, aunque siempre con el reconocimiento de la crítica especializada y de sus compañeros gremiales.- El autor reflexiona sobre la incidencia que la condición de artista de su padre tuvo en la decisión de hacer de la escritura su profesión así como la complicidad dialéctica entre ambos en cuestiones de arte y cultura.
Pero sin duda, lo más áspero de leer, en realidad la esencia de la narración, es el periplo hacia la muerte.- La lucha, el agotamiento emocional, los subterfugios para enmascarar la cruenta realidad al enfermo, las renuncias, el compromiso de acompañamiento, de entrega sin cortapisas en un viaje cruel de dos personas que se quieren y son plenamente conscientes de la acechanza luctuosa, de la inminente partida, de la rotunda, incierta e irreversible separación definitiva. Algunas de las frases revientan de dolor y la lectura te empatiza en demasía con los sufrimientos del escritor.-
Como reproche estilístico opino que utiliza en demasía las figuras estilísticas de repetición.- Suele amparse como recurso, en sucesiones de frases, de pensamientos conectados por un mismo verbo o adjetivo, con ánimo de enfatizar la acción, de hacer una cadena de mensajes ensamblados por un nexo premeditado, muy rítmico y expresivo, pero el exceso de la figura la hace incómoda y criticable. Además, suele usar con profusión una misma sintaxis en infinidad de proposiciones, iniciando una frase y continuándola siempre de forma reiterativa con la disyunción "y", tan numerosas veces que se hace perceptible, incómodo y reprochable. A mi humilde opinión, el texto no reúne valores suficientes para recibir el premio nacional de narrativa, pero su valor testimonial no admite duda.- Su fuerza expresiva, exenta de toda crítica o valoración, de documento fluido, sincero e intenso, de continente de sentimientos, de visceral confesión descarnada y humana,  hacen de este escritura una obra interesantísima.- 








3 comentarios:

  1. Tengo una amiga que ha perdido hace poco a su madre por un cáncer ¿crees que la puede ayudar?

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  2. Creo que le recordará instantes y situaciones demasiado paralelas y dolorosas. Es un libro para leer tras la maduración, la asimilación de la perdida. El autor fue incapaz de escribir ni leer ni una sola línea hasta casi un año después del suceso. Hay otros libros más indicados...
    Es un libro muy duro que quizá avive la angustia de la proximidad de esa muerte.
    Gracias por tu comentario.

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  3. Leyendo esta entrada me he acordado de "Carta al padre" de Kafka; o algunos de los apuntes de Canetti en "La lengua salvada" en los que recordaba momentos de su infancia junto a su padre. Supongo que podríamos rastrear la figura del padre y la relación con ella, en una infinidad los autores.No he leído nada de Marcos Giralt Torrent, y como una buena manera de acercarte a un autor es leer parte de su (auto)biografía, anotado queda.

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