Un estudio riguroso y ameno sobre Cervantes como personaje del Siglo de Oro español. |
Manuel Fernández Alvarez, el que fuera insigne profesor
universitario y escritor, ya asiduo en este blog por diversas referencias a él, que fue objeto de la reseña "Isabel la Católica", en este
libro, estudia la figura de Miguel de Cervantes ciñéndose a un enfoque rigurosamente histórico del personaje.
Si bien, se analiza su vida con precisión de datos biográficos y avatares, el
objetivo es contextualizarlo no como literato, sino en el momento histórico en
el que produjo sus obras. Y pocos investigadores pueden ofrecernos una
panorámica del siglo XVI y comienzos del XVII tan completa y precisa, como
este, experto en la época a nivel docente.
La conclusión, expuesta con brillantez en el texto de que
el creador del Quijote fue una víctima de su tiempo, aunque obvia, se suele
olvidar en las valoraciones literarias.
Fue un arquetipo de la pícara, dura, pendenciera, precaria existencia de esa España, cuyos particulares de pobreza, de inseguridad jurídica y económica de las mujeres, de discriminación religiosa de judaizantes, moriscos y gitanos, entre otros segmentos de población, con estrictos códigos religiosos, de honor, matrimoniales y de familia, hoy resultan difíciles de comprender.
Fue un arquetipo de la pícara, dura, pendenciera, precaria existencia de esa España, cuyos particulares de pobreza, de inseguridad jurídica y económica de las mujeres, de discriminación religiosa de judaizantes, moriscos y gitanos, entre otros segmentos de población, con estrictos códigos religiosos, de honor, matrimoniales y de familia, hoy resultan difíciles de comprender.
Fernández Alvarez analiza la demografía, la sociedad y circunstancias de
ciudades como Alcalá, Madrid, Valladolid, Sevilla, donde residió, cumplió
condena, negoció y escribió. De alguna de ellas huyó en extrañas condiciones por
circunstancias procesales aún no resueltas.
Y, lo más sorprendente, tal como
detalla en la obra, es el escaso bagaje documental conservado de Cervantes. Pocos escritos, además de dispersas, la mayoría extractos administrativos, dada su condición de militar menesterosos
suplicante de indemnizaciones por sus heridas de guerra, y los testimonios procesales, en
turbios sucesos sangrientos, uno de ellos, el de Valladolid, en el que perdió la
vida un tercero. Eso demuestra que la principal
fuente de conocimiento son las conclusiones extraídas de la lectura de sus novelas, su poesía y de las obras
de teatro. Conjeturas, al fin y al cabo, más o menos
verosímiles. Pocas de ellas demuestran las conclusiones defendidas de reflejar situaciones biográficas del escritor.
Para entender el cautiverio de Argel explica la presión corsaria del islam, con la connivencia de Francia, en cuyos puertos tenían incluso embajadas que propiciaban el acoso. La situación en Andalucía era tan ostensible que existía en el Reino de Granada un impuesto específico denominado la "farda" para costear la edificación de las torres de vigilancia costeras, alguna de las cuales aún visibles en el paisaje. Además bosqueja un resumido análisis de la situación mediterránea, plagada de piratas que no tiene desperdicio.
Para entender el cautiverio de Argel explica la presión corsaria del islam, con la connivencia de Francia, en cuyos puertos tenían incluso embajadas que propiciaban el acoso. La situación en Andalucía era tan ostensible que existía en el Reino de Granada un impuesto específico denominado la "farda" para costear la edificación de las torres de vigilancia costeras, alguna de las cuales aún visibles en el paisaje. Además bosqueja un resumido análisis de la situación mediterránea, plagada de piratas que no tiene desperdicio.
Su extraña vida marital y familiar, los frecuentes cambios
de oficio, su presidio, los problemas con la justicia por pendencias y
malversaciones, la compleja red de jurisdicciones yuxtapuestas, su manifiesta condición de tahur, la bastardía de su hija, los últimos
años imbuidos de una religiosidad extrema, casí contemplativa, su miserable muerte y sepelio, sólo se comprende si
se atiende a las aclaraciones históricas hechas en el libro sobre
comportamientos y prácticas habituales en la España de esos siglos. Además de
la rigurosa exposición de los temas, este libro, como la mayoría de los de
Fernández Alvarez se lee con una
asombrosa fluidez. Es capaz de atraparte en el contenido con la cadencia de un
libro de ficción. Parece la narración novelada de datos divulgativos, una
virtud que pocos historiares poseen, cuya pluma suele ser demasiado espesa.
En plena búsqueda mediática de los restos del pobre
Cervantes con sofisticados sistema de georadar, os invito a acercaros a este libro ameno, riguroso,
instructivo de fácil lectura, donde se nos mostrará un Cervantes más accesible y cercano, merced a las expertas explicaciones de este investigador.