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lunes, 14 de diciembre de 2015

El camino de los dioses, de Antonio Cabanas

@antoniocabanas Como podemos leer en la propia página web del escritor, Antonio Cabanas, nacido en Las Palmas en los años 50, «ejerció su profesión de piloto como comandante en la compañía Iberia, en la que voló durante 36 años, recorriendo los cinco continentes. Gran humanista y apasionado de la cultura del Antiguo Egipto, de la que es un profundo conocedor, dedica gran parte de su tiempo a investigar y escribir acerca de ella. Ha realizado estudios de egiptología así como de lengua egipcia y escritura jeroglífica, y desde 1990 es miembro de la Asociación Española de Egiptología.» Desde que viera la luz «El ladrón de Tumbas», su ópera prima, escrita por afición y desde el corazón, con la que alcanzó un éxito memorable, nuevas publicaciones versando siempre sobre el Egipto Milenario han combinado este mundo y su historia con narraciones de personajes brillantemente construidos por el autor que nos llevan de la mano en un recorrido mágico por algún punto de los tres mil años de historia de esta civilización. Podemos encontrar reseñas en este blog de «El secreto el Nilo» y «El hijo del desierto» y aunque he leído todos los libros de este autor, echo en falta la reseña de «El ladrón de tumbas», libro de cabecera para mí y que me comprometo a leer de nuevo, será la séptima u octava vez que lo haga, para cubrir esta falta.

Esta historia novelada, salpicada de escenas y personajes reales tratados con exquisito esmero y cuidado, sitúa la acción en los estertores de la civilización egipcia, en el siglo I antes de Cristo, cuando tras tres mil años de historia está sucumbiendo a los ataques griegos y sobre todo romanos que acabarán por esquilmar y eclipsar esta milenaria civilización. Los faraones Ptolomeos y sus Cleopatras han ido sumiendo lentamente y en los últimos siglos el gobierno de la nación en un absoluto descontrol, lo que promueve el levantamiento en armas de la región de Tebas. El protagonista principal es Amosis (nombrado 874 veces), un niño tebano cuando comienza la acción y que es formado a los pechos de su tío Kamose (376 veces), experto y avezado negociante que le instruye en los caminos de la vida y le procura una formación exquisita. Sus padres desaparecen pronto y su hermano Sekenenre(149), activista en el levantamiento, hace transcurrir su vida por otros derroteros que le llevarán a estar a punto de matar a su propio hermano en el asalto a una caravana si no llega a ser reconocido por su tío en el momento que alza su espada para ejecutarlo. La vida de Amosis, que en otros momentos adquiere los nombres de Zenódoto(106) o Alcínoo(227), empezará a discurrir de forma vertiginosa por las situaciones más variopintas pasando de la luz a la oscuridad en varias ocasiones y nos llevará desde las cuevas de las montañas y oasis del desierto a la ciudad floreciente de Alejandría y las islas del Mar Egeo en un recorrido fabuloso por la historia del siglo primero antes de Cristo en el que como hemos comentado asistiremos a los estertores del imperio egipcio a manos griegas y finalmente romanas. Otro protagonista será el yoruba Abdú (426), un gigante de color esclavizado en las profundidades de África que pasará de ser esclavo de Amosis a convertirse en un hermano y su protector. Además de ellos, todo un elenco de personajes extraordinarios hábilmente tejidos por el autor entrarán y saldrán de la vida del protagonista para empujarle en sus ambiciones a conseguir la grandeza o llevarle a la miseria más absoluta como esclavo de los piratas del Mediterráneo e incluso estando al borde la muerte en varias ocasiones. Un elenco de personajes fascinantes, entre los que podemos citar a el instructor de griego Filitas(64), el asaltante de caravanas Netjeruy(106), la jovencísima Mut(79), la taimada Euterpe(136), el librero Teofrastro(173), la espléndida Briseida(51) o Circe(79), los banqueros trapezitas de Alejandría, los judíos Leví(79) y Eleazar(79), el pirata panfilio Tersites(113) y otros dejarán sin duda su huella en el lector y harán desfilar lo mejor y lo peor del ser humano en todos los terrenos privados y públicos de la vida del protagonista.

Como ya nos tiene acostumbrados este autor con sus novelas ambientadas en el mágico mundo del Egipto milenario, los dioses y las tradiciones egipcias inundan los pasajes de su prosa fácil y amena dando un toque exótico a la lectura que no llega a cansar en ningún momento sino todo lo contrario al enriquecer nuestro vocabulario y estimular nuestra imaginación. El suspense está garantizado y la anticipación que el lector hace a los sucesos no siempre coincidirá con lo urdido por el autor. Por mencionar de nuevo la memorable «El ladrón de tumbas» y el desenlace de la misma con las tres magistrales ejecuciones de la venganza del protagonista contra sus tres principales malhechores, en esta «El camino de los dioses» el autor ha dejado que el tiempo ponga cada uno en su lugar con lo que el protagonista va asistiendo de una forma contemplativa a la desgracia de aquellos que le han procurado el mal a lo largo de la historia.

De nuevo todas las emociones humanas desfilan ante nuestros ojos en unos escenarios mágicos que el autor crea y recrea con gran maestría. El amor ---hasta tres amores sublimes y diferentes tendrá el protagonista---, el odio, la traición, la corrupción, la codicia, la usura, la camaradería, los negocios, el abuso de poder, la opulencia, el lujo y un sinfín de situaciones del alma humana son destiladas con profusión en sus 271.193 vocablos ---se puede descargar un análisis en este enlace--- haciéndonos tomar conciencia de que hace dos mil años la vida no era muy diferente a como es en la actualidad: el bien y el mal, en todas formas, sigue estando presente en las relaciones humanas. Y la acertada adición de la particular filosofía yoruba en la persona de Abdú, con sus orishas, ajogunes, olodumare y sus dioses aporta un viento fresco que choca con a la vez que complementa las tradiciones egipcias.

Aquellos lectores enamorados de la novela clásica encontrarán guiños en alguno de los pasajes a «La Odisea», «El conde de Montecristo» o «Ben-Hur» por mencionar algunas y sin ser exhaustivo. Ahora solo nos queda rogar con convicción a los dioses egipcios para que el lapso en disponer en nuestras manos de un nuevo relato de este recomendable autor sea el menor posible.



martes, 1 de diciembre de 2015

Historias de cronopios y de famas, de Julio Cortázar

Julio Cortázar fue un escritor, traductor e intelectual argentino nacido en Ixelles, Bélgica, debido a que su padre estaba asignado a la embajada argentina de ese país. Al coincidir su año de nacimiento con el estallido de la Primera Guerra Mundial, la familia permaneció más de lo previsto en Bélgica, regresando posteriormente a Argentina donde fijaron su residencia en Buenos Aires. Realizó estudios de magisterio y letras, ejerciendo de profesor de Lengua y Literatura francesa en varios institutos y posteriormente en la Universidad de Cuyo. En 1951 consiguió una beca para realizar estudios en París, ciudad en la que fijó su residencia ejerciendo como traductor de la UNESCO. En 1981 se nacionalizó francés en protesta por la situación política en su país. Preocupado siempre por las cuestiones sociales, fue gran viajero y uno de los mayores valedores del boom de la literatura hispanoamericana a mediados del siglo XX. Falleció en París en 1984 a la edad de sesenta y nueve años dejando una bibliografía extensa entre la que quizá la más conocida de sus obras sea «Rayuela», publicada en el año 1962, una obra que despertó gran curiosidad al plantear al lector la elección del orden de lectura de sus capítulos. Por mencionar otra señalaré «Las babas del diablo» que fue llevada al cine en la magnífica película «Blow up» dirigida por Michelangelo Antonioni.

El libro que comentamos hoy está compuesto por una sucesión de relatos estrambóticos, absurdos, sin pies ni cabeza que diría un castizo. Rompe cualquier molde establecido y desconcierta al lector que no es capaz de explicar lo que está leyendo, aunque tiene la virtud de conseguir que siga adelante y no abandone la lectura; la provocación y la ironía son constantes y envuelven al lector en una camisa de fuerza de la que no puede escapar. Los cronopios y las famas, y otros personajes de la novela como las esperanzas, son entes inventados por el propio Cortázar que escapan a cualquier definición posible y de los que lo único que dejó ver el autor es que se trataba de seres verdes y húmedos, ingenuos y surrealistas en el caso de los cronopios, mientras que «los famas son buenos y las esperanzas bobas». Y además «…por eso en las sociedades filantrópicas las autoridades son todas famas, y la bibliotecaria es una esperanza». El relato está dividido en cuatro partes diferenciadas: Manual de Instrucciones, Ocupaciones raras, Material plástico y por último la propia historia de Cronopios y Famas.

Modestamente pienso que solo la fama de esta novela y del autor incita al lector a adentrarse en la misma y permanecer en ella hasta el final. Hay que reconocer en ella raudales de ingenio, absurdidad, mucho atrevimiento, un lenguaje por momentos incomprensible y unas situaciones difíciles cuando no imposibles de atisbar y digerir. El diccionario está de vacaciones para muchas expresiones y la sucesión del relato es totalmente atemporal y carente de toda lógica. Diría que me están tomando el pelo con mi consentimiento si como digo la fama no precediera a esta obra que por lo menos es corta, con algo menos de veintitrés mil vocablos, lo que hace que el posible suplicio percibido de su lectura sea breve y llevadero. Sin embargo, en el club de lectura donde hemos tratado este libro, todo han sido parabienes y excelencias. Una forma de acometer la lectura de sus múltiples y cortos relatos podría ser a pequeños sorbos, casi de uno en uno, evitando la tentación de leer el libro de forma continuada.

El siguiente párrafo descriptivo del autor está tomado de internet: «se le considera uno de los autores más innovadores y originales de su tiempo, maestro del relato corto, la prosa poética y la narración breve en general, comparable a Jorge Luis Borges, Antón Chéjov o Edgar Allan Poe, y creador de importantes novelas que inauguraron una nueva forma de hacer literatura en el mundo hispano, rompiendo los moldes clásicos mediante narraciones que escapan de la linealidad temporal y donde los personajes adquieren una autonomía y una profundidad psicológica, pocas veces vista hasta entonces. Debido a que los contenidos de su obra transitan en la frontera entre lo real y lo fantástico, suele ser puesto en relación con el surrealismo».