Emmanuel Carrère, nacido en París en 1957, se licenció en el Instituto de Estudios Políticos de la ciudad. Es escritor, crítico de arte y guionista, ejerciendo también como periodista. Algunos de sus libros han sido llevados al cine dirigiendo el mismo la adaptación cinematográfica, como ocurrió en 2005 con su novela «La moustache». Con una decena de novelas en su bibliografía y algunos ensayos, su última publicación en 2020 lleva por título «Yoga». El libro que hoy comentamos, «El adversario», publicado en el año 2000, supuso su consagración como escritor.
Jean Claude Romand se inventó una vida paralela que ocultó con engaños a familiares y amigos que nunca llegaron a sospechar de él. Consiguiendo fondos mediante engaños con la excusa de llevar a cabo buenas inversiones, llegó un momento en que el fraude explotó y el 9 de enero de 1993 intentó suicidarse sin conseguirlo tras acabar con la vida de su esposa, sus hijos y sus padres. Antes había ocurrido un episodio con resultado de muerte en casa de su suegro estando él presente. Se hacía pasar por médico con trabajo en la OMS, sin serlo, ya que desde los 18 años y estando en la universidad se las arregló para parecer lo que no era. Una historia real reconstruida por el autor que por momentos adquiere tintes de ficción pareciendo inverosímil. Condenado por la justicia, llevó en la cárcel una vida de ensimismamiento y meditación siendo un preso modelo con un comportamiento ejemplar.
También es posible que no hubiese dicho nada en absoluto, sino solamente pensado en decir, soñado que decía, lamentado no haber dicho y, para acabar, imaginado que había dicho.
«Cuando Romand salía de domicilio de Prévessin-Moëns, un pueblo francés de 8.000 habitantes en la frontera con Suiza, no se iba a su oficina en la OMS, pasando el tiempo solo en aparcamientos de autopistas, bibliotecas, cafeterías o paseando por el bosque hasta el momento de volver a casa. Cuando viajaba al extranjero por "trabajo", se quedaba en un hotel en el aeropuerto». Aunque en 1996 fue condenado a cadena perpetua, tras 25 años en la cárcel, en abril de 2019 obtuvo la libertad condicional, pero este hecho no figura en el libro publicado en el año 2000. Durante su lectura me vinieron a la mente otro par de libros con historias rocambolescas de corte parecido: «El impostor» de Javier Cercas, reseñado en este blog en este enlace , y también y salvando unas distancias posiblemente enormes, «A sangre fría», de Truman Capote, también reseñado en este blog y accesible desde este otro enlace. Tras muchos intentos de acercarse al tema y al asesino, el autor consigue encontrar el relato que buscaba para dar al lector una muy lograda descripción de la personalidad y la psicología del protagonista. El libro se lee como una crónica pensando que va a tener un desenlace inminente que se retrasa y se retrasa una y otra vez. Es una profunda reflexión sobre la identidad de otra persona, a través de cruzarse muchas cartas y llegando a entrevistarse una vez en los momentos finales estando ya en la cárcel para en cierto modo comprender la evolución en sus pensamientos. Un relato cuando menos curioso y muy bien logrado de un hecho real que sorprenderá a un lector que se hará cruces acerca de cómo se puede mantener una doble vida: probablemente hoy sería imposible. Entre otros muchos hechos… ¿cómo es posible que su mujer no le llamara nunca por teléfono a su despacho durante años? Este libro ha servido de inspiración a dos películas francesas y una española: «El adversario» de Nicole García y «El empleo del tiempo» de Laurent Cantet, las dos francesas y «La vida de nadie» de Eduard Cortés, la española.
Creemos tener delante a un hombre, pero en realidad ya no es un hombre, hace mucho tiempo que ha dejado de serlo. Es como un agujero negro, y ya verá usted, nos estallará en la cara. La gente no sabe lo que es la locura. Es horrible. Es lo más horrible que hay en el mundo.