@javiermoro123 es un gran escritor que ya nos ha dejado
maravillosas novelas de las que hemos disfrutado en los últimos años, en este blog
solo se ha reseñado una de ellas, El Imperio eres tú, en la que nos ilustró con una historia no muy conocida, la vida de la
realeza brasileña.
En esta ocasión nos vuelve a relatar otro aspecto histórico
desgraciadamente desconocido y que constituyó un hito de heroicidad y de
espíritu solidario que hoy apreciamos en todo su esplendor y que la historia se
encargó de nublar y no darle la grandísima importancia que tuvo.
A principios del siglo XIX en el Imperio español no se pone
el sol, pero existe una enfermedad, la viruela, que asola a muchos territorios
y los Virreyes que los gobiernan se quejan
de que esta enfermedad está causando muchas bajas entre la ‘mano de obra’ que
necesitan para enriquecerse y mantener el gran Imperio español. Un inglés ha
descubierto la vacuna contra la viruela y un alicantino de buena
familia, Francisco Xavier Balmis, que decidió en su día emprender una aventura en el nuevo mundo precisamente para convertirse en médico, encuentra en la
posibilidad de realizar una campaña de vacunación en el nuevo mundo, una forma de alcanzar la gloria. Balmis, con una personalidad un tanto extravagante, también tiene bondad y piensa en la gran acción solidaria que emprende, pero su egocentrismo le guiaba especialmente con el objetivo de que se le
reconociera como un héroe.
Balmis se pone en contacto con el rey Carlos IV y le expone
su plan, el rey no ve solo en el viaje la cuestión económica que supondría
ayudar a sus virreyes para no perder mano de obra, sino, como buen rey, ayudar
a sus súbditos y tratar de que la terrible enfermedad pueda salvar muchas
vidas. Se organiza el viaje con todos los parabienes y órdenes de su majestad para
que el proyecto sea factible. La vacunación requiere que en la corbeta en la
que partirán del puerto de La Coruña, vayan niños a los que se vaya vacunando y
al cabo de unos días extraer de ellos el material para vacunar a otros sin
poder perder el ciclo, ya que la materia original de la vacunación solo
proviene de vacas del norte de Europa y las vacas no pueden viajar en el barco.
Parten de Madrid con niños de exclusas y en La Coruña, en otra exclusa,
consiguen nuevos niños para asegurarse poder llegar al nuevo mundo con la
vacuna ‘disponible’. Y en La Coruña aparece el personaje central de la novela,
Isabel Chendal, de la que ya el autor antes nos ha contado su vida, y que será
la encargada de que los niños rebeldes puedan llegar y cumplir su misión.
No quiero profundizar más en la historia, si acaso hablar de
algunos otros personajes importantes como el ayudante de Balmis, el catalán de
Cervera Josep Salvany, enfermo pero absolutamente dedicado a la causa solidaria
que le llevó a emprender la aventura, el Virrey de la Nueva España (México),
Iturrigaray, que tanto nos recuerda a los episodios de corruptelas que aún
ahora vemos por doquier, y como representante de la iglesia, al obispo de
Puebla, Ricardo María Rodríguez del Fresnillo, que fue también un personaje
importantísimo en la vida de Isabel, protagonista principal de la historia, una luchadora que asombra a cuantos con ella se relacionan, que la ayudan a resolver los muchos problemas con los que tiene que enfrentarse y que emociona a cuantos conocemos ahora la historia de esta gran mujer, que fue un personaje real.
En resumen, una novela fantástica, que se lee muy bien y que
me reafirma en seguir leyendo todo lo que escriba este autor, que profundiza en
la historia para que los comunes conozcamos las verdades que otros no supieron
explicar.