@GomezRufo es un escritor madrileño, auténtico, quiero decir más auténtico que otros madrileños, como yo, que no hemos nacido en Madrid aunque nos sentimos auténticamente madrileños. Antonio Gómez Rufo, cuya biografía y bibliografía podéis ver en su propia página web, lleva muchos años escribiendo en distinos medios de comunicación y numerosos libros y ensayos, en este blog solo hemos reseñado una de sus novelas: La abadía de los crímenes.
El libro nos sitúa en 1565, en el Madrid de aquella época, con exhaustivas descripciones del entorno y las relaciones que entonces existían, y donde llegan tres familias que nos van a acompañar a lo largo de toda la 'trama' que no es otra que la historia de Madrid, esas familias son los Posada, los Vázquez y los Tarazona.
A lo largo de la historia nos va a mostrar el autor el Madrid con todos esos episodios que los amantes de la novela histórica hemos leído a lo largo de nuestra vida, pero esta vez con un sabor 'mucho más castizo', con otras perspectivas y personalizando muchos de esos episodios en esas tres familias que llegan en 1565 y se van perpetuando con hijos y nietos, pero manteniendo esa amistad entre ellos que en muchas ocasiones está por encima de todo.
Las tres familias, que con los años se amplían y van diversificando sus trabajos y aficiones, están imbricados en la historia de Madrid, una por el camino de la hostelería y la restauración, que por aquellas fechas empieza un punto muy importante para el desarrollo de Madrid, y me encanta su asociación con los iconos que son La Posada del Peine y Casa Botín. Otros están relacionados con el arte, especialmente con el teatro, dando lugar a actores y productores teatrales, e incluso relacionados con el toreo, otra de las 'innovaciones' que tuvieron lugar en Madrid, otra importante actividad de las familias está relacionada con la 'Administración' de la ciudad, la política, la evolución de las leyes o fueros publicados a lo largo de esta historia, y no podemos olvidar la actividad del Comercio, que con los años dio lugar al nacimiento de El Corte Inglés.
Se trata de un novela intensa, con 265.174 vocablos que finaliza con uno de los episodios más duros que hemos vivido en Madrid, los atentados del 11-M, que la mayoría recordamos aún con un intensísimo dolor aunque no tuviéramos ningún afectado directo, porque eso es lo que tenemos los madrileños, nos sentimos solidarios porque se atacó a Madrid y nosotros somos Madrid.
Si no conoces Madrid, te encantará leer esta novela porque lo conocerás, pero si ya conoces Madrid disfrutarás lo indecible, y si eres madrileño te sentirás un personaje más de la novela, pero no entiendas la lectura como una novela con su fantasía y la mezcla de personajes históricos y reales, la novela es Madrid, lo que ha sucedido en Madrid a lo largo de los siglos, porqué paso de ser un pueblín a la capital de España y del Mundo, luego llegó una tremenda decadencia y se volvió a levantar para ser lo que es hoy, un ejemplo para tantísimas personas.
En fin, recomiendo su lectura, porque hay tantas cosas desconocidas por mi, y podría poner mucho ejemplos, pero solo comentaré uno de ellos, el lenguaje de los abanicos, cuando el autor nos cuenta los distintos significados de las posiciones o gestos con el abanico, quedé perplejo y tardó mucho tiempo en quitárseme la sonrisa del rostro.
Mi enhorabuena al autor, del que continuaré leyendo otros libros.
Este blog quiere estar dedicado a compartir experiencias en la lectura de libros, tanto electrónicos como físicos. Se inició para dar a conocer mis primeras andanzas con los e-reader pero el objetivo es disponer de información para leer 'lo mejor', y compartiendo información entre todos los que leemos, podemos conseguirlo.
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viernes, 29 de julio de 2016
sábado, 23 de julio de 2016
Ángeles de granito, de Esteban Navarro
@EstebanNavarroS. Esteban Navarro Soriano es un escritor murciano, nacido en Moratalla en 1965. Su profesión es la de Policía Nacional y de ella obtiene numerosas situaciones para sus libros, bien por experiencias propias bien referidas por compañeros, a las que añade algo de imaginación para convertirlas en historias redondas. Hace algunos años fue el primero en acuñar la expresión «generación Kindle» para designar a los autores que aprovechaban la facilidad de la auto publicación y del fenómeno de los libros electrónicos para hacerse un hueco en el panorama literario. Cuenta con una decena de libros publicados, numerosos premios en diferentes certámenes y participa activamente en actos relacionados con su obra. Yo tuve la ocasión de contactar con él hace años en un «Getafe Negro» donde se habló de la corrupción en los estamentos judiciales y policiales, un tema jugoso e interesante cada vez más de moda. Uno de sus libros, «La noche de los peones» ha sido reseñado con anterioridad en este blog en esta entrada. Dispone de página web personal donde podemos obtener toda la información de su obra, así como numerosos enlaces a los actos en los que ha participado.
La historia transcurre en la España de 1975. La familia Heredia, compuesta por los padres Luis y Juana y los hijos Sandra y Martín, viven en Barcelona y son una familia obrera normal. Pero Martín tiene una enfermedad degenerativa en los huesos, «la peste de los huesos», que va acabando lentamente con su vida sin que se vea ninguna posibilidad médica de curación. Espoleados y ayudados económicamente por sus vecinos, se trasladan al Santuario de Torremesina, inaugurado por Alfonso XIII en 1919 en las inmediaciones del embalse del mismo nombre, ya que la madre es muy creyente y quiere pedir a la virgen, a la que se atribuyen numerosos milagros, alguna solución para la enfermedad de Martín. A bordo del Simca familiar se desplazan a la zona pero a su llegada les sorprende un aguacero que fuerza su detención cerca del barrio conocido como «Las casas de granito», un poblado donde residían los obreros durante la construcción del pantano. Solo una de las casas está habita por un anciano, Ezequiel, que les da cobijo y les atiende como si fueran su propia familia. La casa es un poco extraña y en la zona tienen lugar sucesos atmosféricos desmesurados y plagas al estilo de las bíblicas en Egipto. También las conversaciones entre Luis y Ezequiel van tomando derroteros algo mágicos. En la casa vive también Jazmina, sobrina de Ezequiel, una joven gitana hermosa que hace mucha amistad con Sandra. Entre sus profundas conversaciones surgen lecturas de manos que revelan a Sandra cuestiones familiares insospechadas que convulsionan su vida. La clave es que Martín va mejorando algo aunque «a medida que su hijo mejoraba del deterioro óseo, su marido (el padre) empeoraba del descalabro psíquico». Los días transcurren sin que la familia decida su vuelta a Barcelona. Quienes sí regresan en una escapada a Barcelona son Sandra y Jazmina, donde averiguarán cosas terribles y tardarán dos años en regresar, en los que habrán pasado una serie de sucesos que habrán afectado profundamente a todos. Todavía queda un giro espectacular final que sorprenderá al lector y para el que la trama, que no se puede desvelar, ha sido magistralmente preparada.
Literatura mágica con toques de fantasía no muy exagerados que recrean una atmósfera viva, en algunos momentos de terror, que atrapa al lector y le hace avanzar por las vidas de los protagonistas, unas vidas cercanas y verosímiles en un entorno extraño y sorprendente. Los hechos relatados en una prosa amena y ágil, aderezada de los diálogos justos, genera alguna mueca al principio pero van engarzando lentamente en una historia cuyo final deja sorprendido al lector, sin ninguna duda. No he leído todos los libros de este autor, pero este al menos no nos presenta historias policiales, sino humanas, de mayores y de jóvenes, de salud y enfermedad, de cordura y de locura. Un relato muy entretenido para el verano que nos pondrá ante algunas tesituras de la vida a las que tarde o temprano todos nos tendremos que enfrentar.
viernes, 1 de julio de 2016
¡Escucha hombrecillo!, de Wilhelm Reich
Libro correspondiente a la decimosexta edición del club de lectura de ALQS2D relativa a la segundo trimestre de 2016. Wilhelm Reich fue un médico psiquiatra y psicoanalista austríaco de origen judío nacido en 1897 que se nacionalizó estadounidense y murió en 1957 de un ataque al corazón estando encarcelado en Pensilvania. Combatió en la Primera Guerra Mundial Muy polifacético, discípulo de Sigmund Freud en la Sociedad Psicoanalítica de Viena, se apartó de sus enseñanzas para acometer teorías propias. Fue también filósofo, inventor y escritor, y sus opiniones siempre radicales provocaron entre sus contemporáneos opiniones contrapuestas entre considerarle un visionario revolucionario o un loco con ideas delirantes. Autor con una extensa bibliografía, por su afiliación al partido comunista austríaco muchas de sus obras se consideraron politizadas. Por mencionar algunas citaremos «Más allá del principio del placer (1920)», «La revolución sexual» o «Psicología de masas del fascismo (1933)».
Se incluye un subtítulo en la portada que reza «Discurso sobre la mediocridad». Plasmar una sinopsis del libro es tarea ardua ya que se trata de un bombardeo de ideas, a modo de regañina directa y continuada, que el autor lanza al lector sobre diferentes aspectos de la vida personal y social para ponerle frente a una mediocridad existencial que le hace comportarse de manera hipócrita ante los mandatos de los dirigentes políticos o empresariales que buscan anular su personalidad. El escritor toma conciencia de la realidad en la que vive, ilusoria y pura ironía y mezquindad, y transmite su creciente angustia a las páginas de este libro al observar la degradación de la persona y por extensión de la sociedad. En todo momento mantiene la idea de que está en nuestras decisiones el hacer algo para salir de esta situación y vivir una vida plena, al menos en el plano espiritual aunque no sea posible en el plano material. La frase «Pequeño Hombrecito» se repite machaconamente, una y otra vez, hasta hacer mella en la conciencia del lector que como todas las personas que habitamos este mundo, cuenta con sus dosis de alegría o sufrimiento, según las épocas y los contextos.
Una cosa hay que reconocerle al autor y es su valentía al escribir este pequeño libro, tan solo 27.858 vocablos, en una época, 1945, en que la sociedad estaba convulsa con motivo de la Segunda Guerra Mundial que añadió altas cotas de sufrimiento a las ya de por si existentes en el mundo. En cierto modo destaca la capacidad de actuar de forma «borreguil» que tenemos las personas engañados por los poderes a los que hemos encumbrado y que anulan nuestra capacidad de pensar y actuar. Una reflexión profunda que invita al lector a plantearse los dardos que el autor lanza en cada línea, como he dicho, en un repetitivo bombardeo de preguntas y afirmaciones que a pesar del tiempo transcurrido desde la publicación del libro siguen todavía vigentes y muchas de ellas en mayor medida, no tanto por su contenido sino porque se supone que socialmente estamos más preparados y con más capacidad de pensar y razonar por nosotros mismos y no caer en las redes, aunque esto es pura teoría y más en estos días en España tras las recientes elecciones del domingo pasado, 26 de junio de 2016. Por lo menos a muchos les quedará o nos quedará el consuelo de ser los dueños de nuestro propio mundo interior y poderle mantener en orden aunque tengamos que transitar por una sociedad que se preocupa más de desorientarnos y desestabilizarnos que de fomentar la estabilidad y el crecimiento de las personas en sociedad. Un libro duro de leer, descorazonador y que nos pondrá frente a frente a nuestra realidad y nos hará tomar nota de la responsabilidad que nos corresponde y que según el autor nos empecinamos en obviar.
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