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miércoles, 6 de noviembre de 2024

El espíritu de las vacas, de Abel Neves


Abel Neves nació en Montalegre (Portugal) en 1956. Ha colaborado en diferentes medios audiovisuales y con numerosas compañías teatrales. Ha publicado una extensa cantidad de libros entre piezas de teatro, novelas, poesía y ensayo. Ha sido traducido al francés, alemán, inglés, polaco, húngaro y rumano. Sus obras de teatro han sido representadas en numerosos países europeos y en Brasil. En 2018 ganó el premio Bento da Cruz por esta novela.

Vaca con chapa se envanece y tiene vida legal. Las chapas facilitan la existencia. Muerden la oreja y se desea que no hieran, que no resequen la piel. Las orejas se menean con las moscas y las mandíbulas mastican las hierbas con parsimonia. El moco cuelga porque tiene que colgar. Las vacas, mientras pueden rumiar, son felices. Cuando presienten el fin, les brota el impulso de soltar el alma, que hay quien dice que no tienen, y ya antes de que vibre el último mu-uuuuuuuu en el cosmos, el cuerpo se autoriza la caída y el espíritu, el vuelo. No saben despedirse como a nosotros nos gustaría…

Una familia de la capital con dos niños se aloja en un pueblo rural. Deciden hacer una ruta de montaña cuando les sobreviene la niebla y quedan desorientados, durante varios días porque la niebla no remite. Tras algún accidente que deja cojo al cabeza de familia, acaban refugiados en un prado de vacas, con las que conviven de alguna manera. En el pueblo vive ePastorix, un vaquero que mantiene una relación especial con las vacas y en especial con su preferida «Matilde»: «en otro universo serían más que amigos». Una anciana peculiar a la que habían encargado los turistas unas medias de lana, se da cuenta de la desaparición desde hace días del matrimonio con los niños y organizan batidas por el monte, logrando localizar el coche, pero no a la familia. El tiempo va pasando hasta que…

A la madre, que está en el centro de las dificultades, le gustaría pensar en una noche de verano con un coro de grillos y ranas y un aroma a heno. Alguien le dijo que el olor a heno alegra el corazón, así tal cual, que alegra el corazón.

Un relato sencillo y ameno que se libra en un mundo rural que todavía no ha desaparecido. Los miembros de la familia, especialmente la pareja, aprenderán cosas que no sabían de sí mismos y de la relación con su hijo y su sobrina. Naturaleza en estado puro, en lugares donde el hombre puede quedar reducido a la nada sin sus artilugios como móviles o radios. Aunque la mayor parte de los libros se desarrollan en ambientes urbanos, el mundo rural como escenario da juego a algunas novelas —Intemperie, de Jesús Carrasco o muchas otras de Cela o Delibes—. La personalidad y la psicología de los personajes principales es una delicia. El mundo rural, sin ruido, con olores que evocan sensaciones dan pie al autor a regalarnos este libro pacífico, sencillo, breve, pero con muchas frases que nos harán pensar especialmente a los mayores que hemos conocido un mundo que se nos escapa de las manos. Es por encima de todo esta novela una obra llena de encanto y ternura, de amor a la vida del ser humano, del mundo animal y de la tierra áspera y desnuda que los protege y cobija. Incidencias y sucedidos contados de forma amena y sencilla buscando la emoción en el lector con un canto a las vacas y a su «inteligencia» y servicio al ser humano. Muy humana, entrañablemente humana.

Me siento vaca…

miércoles, 2 de octubre de 2024

Marranadas, de Marie Darrieussecq

Marie Darrieussecq, escritora vascofrancesa nacida en Bayona en 1969, es licenciada en francés por la Universidad de la Sorbona. Pasó su infancia en Bassussarry, un pequeño pueblo rural y residencial del País Vasco-Francés, situado a menos de 10 km de Bayona. Ya con seis años empezó a escribir. Traducida su obra a muchos idiomas, ha publicado una veintena de libros: novelas, cuentos, biografía, teatro, ensayos y traducciones. Esta novela, «Truismes (Marranadas y/o Chanchadas)», escrita en 1996 fue finalista del Premio Goncourt con un gran éxito en Francia y se tradujo a más de treinta lenguas. Entre sus novelas traducidas al español se encuentran «Nacimiento de los fantasmas», «Respirando bajo el agua», «El bebé», «Tom ha muerto» o «Estar aquí es espléndido».

La escritora que transformó a la mujer en cerda.

Hace frío y hay barro por todas partes. Apenas puede ver, le dan calambres. Pero debe esforzarse en recordar los detalles. Es urgente que escriba, antes de que le sea imposible sujetar el bolígrafo. Todo comenzó cuando estaba en paro y encontró por fin un empleo en una cadena de perfumerías donde adquiere gran fama, especialmente entre los clientes masculinos, que caen —literalmente— rendidos ante ella y su uniforme. La vida acelerada la hace entrar en crisis, pasando por varias parejas, coqueteando con el mundo de la prostitución y lentamente convirtiéndose en una cerda.

Crítica con el capitalismo, el poder masculino, la sociedad racista, la mercantilización del cuerpo de las mujeres, la hipocresía de aquellos que hacen gala de su aparente rectitud moral.   ZENDA

En un planteamiento alocado, lleno de sobresaltos y situaciones tan ingeniosas como absurdas, la autora aborda temas de feminismo, prostitución, y metamorfosis —¿Kafka?— en una crítica al capitalismo y el poder masculino no exenta por momentos de alguna ironía. La  mujer como objeto al servicio del varón. Párrafos enormes, plagados de frases cortas dan una dinámica que no siempre gustará al lector, en el que evocará sentimientos de angustia y desasosiego. ¿Tenemos todas las personas un lado animal? ¿Podemos llegar a mutarnos en él como hiciera el dr. Jekyll?. En un ejercicio de ciencia ficción encubierta, bajo un ambiente de niebla confuso, la protagonista oscila entre sus lados humano y animal durante todo el libro, al principio con indicios y al final claramente y sin ambages.

Era una época en la que no nos atrevíamos a llamarnos «feministas» como si fuera una mala palabra… Pero éramos feministas, claro, y estábamos muy cabreadas. En palabras de la propia autora

martes, 1 de octubre de 2024

El universo de cristal. La historia de las mujeres de Harvard que nos acercaron las estrellas, de Dava Sobel

 

Libro correspondiente a la 49ª edición del Club de Lectura de ALQS2D durante el tercer trimestre de 2024.

Dava Sobel nació en 1947 en Nueva York y se graduó en arte en la Universidad del Estado de Nueva York en Binghampton. Doctora honoraria por otras universidades, se ha dedicado a la escritura y el periodismo científico de divulgación colaborando con empresas de la talla de IBM o el New York Times. Su trabajo en aras de la divulgación ha sido reconocido con numerosos premios. Entre sus libros podemos citar además del presente «Un cielo pluscuamperfecto», publicado en 2012 y reseñado en el blog en este enlace, «La hija de Galileo», «Los planetas» y «Longitud», magnífico y también reseñado en este blog en este enlace.

«Contrataban mujeres porque eran mucho más cuidadosas y aceptaban salarios más bajos que los hombres» . Washington Post

A mediados del siglo XIX, el Observatorio de Harvard comenzó a emplear a mujeres como calculadoras o «computadoras humanas» para interpretar las observaciones que sus contrapartes masculinas realizaban por telescopio cada noche. Al principio este grupo incluía a las esposas, hermanas e hijas de los astrónomos residentes, pero pronto incluyó a graduadas de las nuevas universidades de mujeres Vassar, Wellesley y Smith. A medida que la fotografía transformaba la práctica de la astronomía, las damas pasaban de la computación a estudiar las estrellas capturadas en placas fotográficas de vidrio. El universo de cristal del medio millón de placas que Harvard acumuló durante las décadas siguientes permitió a las mujeres hacer descubrimientos extraordinarios: ayudaron a identificar de qué estaban hechas las estrellas, las dividieron en categorías significativas y encontraron una manera de medir distancias en el espacio por la luz que emiten. Entre estas mujeres destacaban Williamina Fleming, una escocesa contratada originalmente como criada que identificó diez novas y más de trescientas estrellas variables; Annie Jump Cannon, que diseñó un sistema de clasificación estelar adoptado por los astrónomos de todo el mundo y que sigue vigente; y la doctora Cecilia Helena Payne, que en 1956 se convirtió en la primera profesora titular de astronomía, y la primera mujer jefa de departamento de Harvard. (Sinopsis obtenida de la editorial Capitán Swing).

COMENTARIO en preparación

lunes, 1 de julio de 2024

La última función, de Luis Landero

Libro correspondiente a la 48ª edición del Club de Lectura de ALQS2D durante el segundo trimestre de 2024.

Luis Landero nació en Alburquerque, Badajoz, en 1948, en el seno de una familia campesina extremeña, que emigró a Madrid a finales de la década de los cincuenta. A los quince años escribía poemas al mismo tiempo que trabajaba como mecánico en un taller de coches y chico de recados en una tienda de ultramarinos Se licenció en filología hispánica por la Universidad Complutense, ha enseñado literatura en la Escuela de Arte Dramático de Madrid y fue profesor invitado en la Universidad de Yale (Estados Unidos). Se dio a conocer en 1989 con la publicación de «Juegos de la edad tardía» reseñada en este blog en este enlace. La siguieron «Caballeros de fortuna (1994)», «El mágico aprendiz (1998)», «El guitarrista (2002)», «Hoy, Júpiter (2007, XV Premio arzobispo Juan de San Clemente)», «Retrato de un hombre inmaduro (2010)», «Absolución (2012), «La vida negociable (2012)» «Lluvia fina (2019)», «Una historia ridícula (2022)» y la que comentamos hoy, «La última función» publicada en el presente año de 2024 (La lista no es exhaustiva). Traducido a varias lenguas, Landero es ya uno los nombres esenciales de la narrativa española. Ha escrito además el emotivo ensayo literario «Entre líneas: el cuento o la vida (2000)», y ha agrupado sus piezas cortas en «¿Cómo le corto el pelo, caballero? (2004)». Como aportes autobiográficos tiene «El balcón en invierno (2014)» y «El huerto de Emerson (2021)». En su haber varios premios literarios entre ellos el Premio Nacional de Narrativa en 1990 y el Nacional de las Letras Españolas en 2022.

¿A dónde irían que no acababan nunca de llegar?

Ernesto Gil Pérez, alias «Tito», ya talludito, es un hombre capaz de encandilar a cualquier público con su voz prodigiosa. Ya de pequeño despuntaba en el pueblo, del que se tuvo que marchar y al que ha vuelto de nuevo. Eterno aspirante a actor, en palabras del propio autor… «Era salir él y empezar a hablar, y al instante cesaban los murmullos, y hasta los comedores de palomitas y de pipas quedaban en silencio, hechizados todos por el ensalmo de su voz». Corría enero de 1994 cuando en el bar del pueblo imaginario de San Albín —o solo Montealbín— reconocieron a Tito a su llegada y acogieron entusiasmados la propuesta de una representación colectiva, con tintes históricos locales, relativo a un suceso ocurrido antaño conocido como el espectáculo litúrgico del Milagro y Apoteosis de la Santa Niña Rosalba; en la representación actuarían todos los vecinos e incluso alguno de localidades cercanas. La función podría revitalizar el pueblo, uno más de los despoblados en esa España de finales de siglo, una postrera oportunidad de atraer visitantes. Pero, se necesitaba una actriz, que Tito buscaba afanosamente, cuando aparece una noche en el pueblo tras una serie de carambolas Paula, una persona de ciudad con una vida familiar anodina, que se equivoca de tren en su vuelta a casa. Bajo la dirección de un entusiasta Tito que contagia a todos, se ponen manos a la obra; ensayos, locales, utillaje, vestuario…

Nunca había alcanzado el pueblo aquellos momentos de esplendor. La procesión final, ya mezclados en irreverente confusión los actores y los espectadores, acabó en una verbena que, amenizada por la orquesta de Galindo, duró hasta el amanecer. Era tanta la gente y el bullicio y el júbilo, que la fiesta, por sí misma, se prolongó durante tres días.

Una historia fantástica —en dos acepciones de este vocablo—, una divertida trama en la que el lector se sumergirá fascinado y se convertirá en un espectador de esa «última función». Un guiño ensalzador al teatro de siempre, en estado puro, amateur, que sigue existiendo realmente en algunas localidades como es el caso de Oña con su «Cronicón de Oña» que se celebrará este año de 2024 del 14 al 18 de agosto y al que tuve oportunidad de asistir años atrás. Y también Chinchón, Buitrago…  El arte, el teatro… ¿es capaz de transformar a las personas? No vamos a descubrir pero sí disfrutar del estilo narrativo de Luis Landero, con un lenguaje fino que nos transmite la psicología de los personajes —los secundarios también—, el ambiente, las ilusiones y la colaboración de todo un pueblo que se siente orgulloso de su pasado y busca un futuro que se le escapa. El idioma español, si cobrara vida y pudiera, quedaría sin duda agradecido al autor por la prosa cuidada utilizada rememorando una historia que ya hemos tildado de fantástica, aunque no desgraciadamente muy alejada de la cruda realidad en muchos pueblos de la España de nuestros días: vacía, vaciada, sin futuro… El disfrute de los lectores que se acerquen a este magnífico libro está asegurado.

Bah, todo es trabajo para nada. O como ya dijo el filósofo, la vida es un negocio que no cubre gastos