Esteban Navarro Soriano, escritor murciano, nacido en Moratalla en 1965 que durante muchos ejerció de policía nacional destinado en Huesca con lo que obtuvo numerosas ideas y situaciones para sus libros, bien por experiencias propias bien referidas por compañeros, a las que añade mucho de imaginación para convertirlas en historias redondas. Hace algunos años fue el primero en acuñar la expresión «generación Kindle» para designar a los autores que aprovechaban la facilidad de la auto publicación y del fenómeno de los libros electrónicos para hacerse un hueco en el panorama literario. En la actualidad, diciembre de 2019, es ya escritor a «tiempo completo» y cuenta con más de una veintena de libros publicados, numerosos premios en diferentes certámenes y participa activamente en actos relacionados con su obra. Alguno de sus libros ya ha sido reseñado en este blog como «El apagón», «La noche de los peones», «Ángeles de granito», «La gárgola de Otín», «El cónsul infiltrado», «Una historia de policías» o «La rubia del Tívoli». La edición digital del libro que hoy comentamos, «El ajedrecista» vio la luz el pasado 25 de diciembre a un precio imposible de 2,99 euros (en estos momentos a 3,99€). Más información en su blog accesible desde este enlace.
Anselmo Calenda fue un industrial que hizo dinero con su negocio de chatarrería en Mataró. Cerca de su jubilación dejó el negocio y en su ubicación construyó unos bloques de pisos de los que reservó uno para su vivienda y que disponía de un enorme y especial trastero en el sótano. Anselmo, además de mucho dinero, tenía unos gustos peculiares y falleció de forma no muy aclarada en ese sótano en el que pasaba muchos momentos de su vida. Sergio y Ángela, recién casados, adquieren precisamente ese piso con la (muy extraña) condición de seguir guardando un arcón cerrado bajo tres llaves que está en ese trastero hasta el fallecimiento de la mujer de Anselmo que se encuentra en una residencia. Instalados en el piso, van conociendo a los peculiares vecinos a la vez que la intriga del contenido del baúl va in crescendo. Sergio es policía nacional y revisa los pormenores de la muerte de Anselmo, calificada como accidente pero que bien pudiera haber sido un asesinato. Diferentes acontecimientos y contactos personales se van sucediendo hasta llegar a un desenlace final muy inesperado donde casi nadie y casi nada es lo que parece.
Una historia que enganchará al lector desde los primeros momentos, ambientada en pueblos catalanes y con un elenco de personajes muy cuidados que irán siendo asimilados por el lector sin tener que llevar notas a mano o hacer ejercicios complicados de memoria. Las acciones se suceden con episodios adelante y atrás en el tiempo que van caracterizando los personajes y dando pistas que solo muy al final del relato cuadrarán, y también sorprenderán al lector. Una historia redonda, muy verosímil y muy bien ambientada, que atrapará al lector y le hará pasar un buen rato si se decide atacarla en estos días de vacaciones. Una vez más el autor demuestra su dominio de los entresijos policiales al plantear las situaciones y caracterizar a los personajes, que complementa con acertadas descripciones de la personalidad de ciudadanos corrientes. Muy recomendable como otros tantos libros de este autor, entre los que me atrevo a destacar «Una historia de policías»; altamente recomendable también, y que le causó problemas en su trabajo y posiblemente propició su salida del Cuerpo Nacional de Policía.
Cuando se está leyendo una historia, el lector aporta sus propias imágenes a los personajes y a los lugares, En esta novela, el ajedrecista es un ingenio mecánico, un autómata que simula a un ajedrecista manco cuya cabeza está protegida con un turbante, … La imagen que he evocado en mi caso es la de un ingenio similar que aparece en la formidable película «La invención de Hugo», una película mágica dirigida por Martin Scorsese que me propongo ver de nuevo en estos días.