Si en el libro previo a este, Imperium,que comenté aquí, todo iba de apoteosis en apoteosis, en esta segunda entrega, ya los enemigos tienen otras prioridades, y luchar contra tantos, con honradez y decencia política, resulta imposible.
Se nos narra el período de Cicerón como Cónsul, en el que vence al pérfido Catilina, que quiere dar un golpe de Estado y asesinar a Cicerón, recurre éste a acciones 'poco éticas' para conseguir vencer a Catilina, pero en Ciceron no hay ningún asomo de arrepentimiento, porque ha hecho lo único que era posible hacer para salvar a la República, bien último que está por encima de cualquier persona, tales son sus pensamiento. Y como salvador de la República se le venera durante bastante tiempo, pero entre sus enemigos, hay uno muy especial, Julio César, y que tiene un objetivo muy especial, aprovecharse de todo el mundo, para gobernar el mundo entero como Rey, y a costa de lo que sea, no dudará en entregar a su hija a quién sea con tal de ir construyendo su futuro como el lo desea, siendo el centro de todo, y deshaciéndose de quien haga falta, sin escrúpulos de ningún tipo.
En un tiempo tuvo a César acorralado, y pudo ir contra él, y quizás lo hubiera 'derrotado', pero no lo hizo porque había algo mucho más importante, la República, que es lo que César ahora se va a encargar de destruir, y todos los que en su momento aseguraron defenderle si César le atacaba, están ahora 'atrapados' por el propio César, son esclavos de su dominio y a Cicerón ya no le quedan salidas.....
Que personaje este Cicerón, contado por Tiro, su esclavo.
No os perdáis ninguna de estas dos novelas, ambas son muy recomendables.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
opiniones