Una novela cómoda y ligera invocando fantasmas de la infancia Puntuación 3/5 |
En la década de los años cincuenta del pasado siglo XX, un muchacho apodado Mina, embarca en el "Oronsay", un barco que zarpa de Colombo, Ceilán, actual Sri Lanka, con destino a Inglaterra.
Con once años viaja hasta Europa para reunirse con su madre, de la se separó por motivo de un divorcio.
Pero, no está sólo. Flavia Prins, una tía distante alojada en la comodidad de los pasajeros de primera clase, ejerce una distante y displicente tutoría hacia el muchacho.
También, aparece allí en el mismo viaje, su prima Emily, mayor que él, personaje clave en la trama de la novela y en la vida de Mina.
En el barco coincide con dos muchachos de su misma edad, Ramadhin y Cassius, con los que compartía centro de enseñanza en la ciudad de partida del viaje. Desde las primeras líneas de la novela, los tres niños exploran las novedades de su nuevo hogar, las dependencias de la embarcación, un universo flotante apetecible y ávido de oportunidades. Se les destina a la "mesa del gato", un lugar desprestigiado dentro de la jerarquía de los pasajeros, donde comparten las comidas con los miembros de la tripulación. Estos adultos, son un variopinto grupo de profesionales: un músico de la tripulación, el encargado de la perrera y tahur nocturno, un profesor de erudición multidisciplinar, el botánico ocupado del cuidado de un invernadero en las profundidades del barco, por citar alguno de elllos.
El resto del pasaje es una heterogénea lista de personalidades. Desde un enfermo millonario en busca de tratamiento de médicos occidentales, hasta un ladrón parapetado entre el pasaje de primera categoría, además, entre otros, de un policía secreto, un preso severamente custodiado y recluido en un oculto lugar del barco, por no olvidar una compañía de artistas circenses, una patinadora australiana y una extraña joven muda.
En el barco coincide con dos muchachos de su misma edad, Ramadhin y Cassius, con los que compartía centro de enseñanza en la ciudad de partida del viaje. Desde las primeras líneas de la novela, los tres niños exploran las novedades de su nuevo hogar, las dependencias de la embarcación, un universo flotante apetecible y ávido de oportunidades. Se les destina a la "mesa del gato", un lugar desprestigiado dentro de la jerarquía de los pasajeros, donde comparten las comidas con los miembros de la tripulación. Estos adultos, son un variopinto grupo de profesionales: un músico de la tripulación, el encargado de la perrera y tahur nocturno, un profesor de erudición multidisciplinar, el botánico ocupado del cuidado de un invernadero en las profundidades del barco, por citar alguno de elllos.
El resto del pasaje es una heterogénea lista de personalidades. Desde un enfermo millonario en busca de tratamiento de médicos occidentales, hasta un ladrón parapetado entre el pasaje de primera categoría, además, entre otros, de un policía secreto, un preso severamente custodiado y recluido en un oculto lugar del barco, por no olvidar una compañía de artistas circenses, una patinadora australiana y una extraña joven muda.
El relato, escrito en primera persona por Mina, desde la perspectiva de la madurez, desde la nostalgia de la experiencia acariciada en su memoria, va dando sutiles tránsitos desde el momento del viaje hasta el presente.
En estos vaivenes de la narración se repasa la secuela emotiva de la travesía marítima, de la amistad cómplice surgida durante la navegación por medio mundo, pero como disculpa para describir la situación actual de la relación de los pasajeros, hoy ya adultos, íntimamente relacionada con el viaje y los sucesos en el acontecidos.
Para los tres protagonistas, supuso, el deambular desde la inocencia de la infancia al despertar de la adolescencia, del sexo, introduciéndose en la vida de los adultos por primera vez, con la reticencia y el asombro de la infancia perdida para siempre en la isla de Ceilán, de la que se alejan y despinden. La libertad de su devaneos por los pasillos y estancias del "Oronsay", las reprobaciones de los responsables y tutores por su insultante independencia imprimieron un aprendizaje espontáneo en los niños narrado en la novela con sutileza y añoranza.
El autor, describe la trayectoria sentimental y profesional de los personajes, desde la madurez, alguno fallecido, desde la perpectiva de Mina, siendo el nexo de unión de todos ellos, el recuerdo del barco, del viaje, del momento histórico compartido y las experiencias en él disfrutadas o padecidas. Sin ánimo de desentrañar la trama, en la peripecia, se suceden muertes, hurtos, enamoramientos, fugas, imprudencias temerarias, decepciones y descubrimientos vitales.
La prosa del autor es nítida, de una sencillez cautivadora, sin artificios estilísticos, transparente en su exposición y mensaje.
Un libro ameno, entretenido, recomendable para reciclarse después de lecturas más complejas y áridas, como ha sido mi caso. Aconsejable para adolescentes, para gente que se inicia en la lectura dada su facilidad y sencillez.
No obstante, tiene una acusada lentitud narrativa y la tensión de los acontecimientos y de la trama no consigue atraparte, siendo en este sentido deficiente, alcanzando el aprobado merced a la pulcritud del estilo.-
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