Leí en Twitter algo sobre la profundidad de este libro, basado en cartas de dos grandes amigos, lo que primero me recordó ese tuit fue otro libro reseñado en el blog, 84, Charing Cross Road, también basado en una relación epistolar entre Europa y América.
Pero que distintos y que recomendables ambos.
Paradero desconocido fue escrito por Katherine Kressmann Taylor, pero por la dureza de su contenido la aconsejaron que quitara su nombre, Katherine, de la autoría del originalmente relato, que se publicó inicialmente en una revista norteamericana, y tras su éxito entre los lectores, se publicó el libro, estábamos en 1938.
Tuvieron que pasar muchos años hasta que el libro volviera a donde debía, para ser profusamente leído, cosa que ocurrió en 1995, con ocasión de la celebración del cincuenta aniversario de la liberación de los campos de concentración nazis.
Los protagonistas de la historia son don grandes amigos, un alemán, Martin Schulse, y un judío americano, Max Eisenstein, que son propietarios de una galería de arte en California y se consideran como hermanos.
En 1932 Martin decide volver a Alemania, quedándose su amigo Max como responsable del negocio aunque a Martin le llegan talones compensatorios.
Desde su llegada a Alemania empieza la correspondencia entre ellos, mostrándonos la profundidad de la amistad y el cariño que se profesan.
Max le transmite en una de sus misivas la preocupación latente por el crecimiento de la filosofía nazi y el tratamiento que parece están haciendo a los judios, pero Martin, que cada día está más imbuido de la ideología nazi, empieza a transformar el espíritu de amistad que tanto les ha unido, y justifica y defiende el tratamiento que recibe el pueblo judío.
No voy a profundizar más, es un relato que se lee en una hora, y es un análisis de lo que es capaz la mente humana fanatizada, que no es capaz de racionalizar y pensar que puede equivocarse.
Insisto, una hora de lectura OBLIGATORIA.
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