Ricardo Menéndez Salmón es un escritor español nacido en Gijón en 1971 y licenciado en filosofía por la Universidad de Oviedo, colaborador en varios diarios y revistas. Autor de una abundante bibliografía de obras de novela, relato, ensayo, poesía y teatro, ha recibido numerosos premios literarios y su obra ha sido traducida a varios idiomas. Alcanzó gran renombre en 2007, cuando su novela «La ofensa» fue considerada por varios medios como una de las mejores obras de novela narrativa del año, lo que volvió a suceder al año siguiente con «Derrumbe», segunda parte de una trilogía, la Trilogía del Mal, que culminó al año siguiente con «El corrector». Su bibliografía es muy extensa y en ella está incluido el libro que comentamos hoy «Medusa» publicado en 2012. Con posterioridad ha publicado, en 2014, «Niños en el tiempo» y «El sistema» en 2016.
El libro relata la historia del mito de Prohaska, alemán nacido en 1914 que padeció una terrible infancia al quedar muy pronto huérfano de padre y ser continuamente despreciado por su madre. Interesado desde niño en el mundo de la imagen, de joven prestó sus servicios como documentalista en el ministerio hitleriano de propaganda, donde filmó con estricta impasibilidad los horrores nazis. Pintor, fotógrafo y cineasta, cultivó el mundo de los grabados, la pintura y la fotografía, complementadas con algunas páginas escritas que dan testimonio de la desazón permanente que gobernó su existencia. Su agudeza mental y su fina mirada le llevó a tomar conciencia de muchos de los horrores del pasado siglo XX y a plasmar con gran fidelidad la condición humana en varios países y en unos años difíciles, de los treinta a los sesenta, consiguiendo estremecer al espectador que contempla su obra, que nos ha sido legada a través de su amigo Stelenski. El autor de la novela confiesa su acercamiento al tema al indagar en la construcción de la vida de este artista para documentar su tesis doctoral sobre la iconografía de la maldad en el siglo XX, según aparece en el propio libro… «Descubrí el Mito de Prohaska mientras intentaba escribir un fragmento de la Historia que Prohaska ayudó a construir. Fue en 1994, cuando acopiando documentación para asuntos relacionados con mi tesis doctoral acerca de la iconografía de la maldad durante el siglo veinte, vi una película de tres minutos y veintisiete segundos prosaicamente titulada Einsatzgruppe en Kovno. Lo hice el Vilna, en el apartamento de una antropóloga finesa especialista en la Segunda Guerra Mundial, que recopilaba toda la información existente acerca de la presencia nazi en los territorios de la Unión Soviética entre los años 1941 y 1945. La película era aterradora en su sencillez, pulcra y devastadora como una máquina de eviscerar.»
Por desconocida antes de iniciar su lectura sugerida en uno de mis clubes de lectura, me ha resultado sorprendente la temática del libro en el que el autor hace gala de una gran capacidad descriptiva para poner imágenes a los diversos episodios de la vida de Prohaska en sus diferentes aspectos humanos o artísticos y en su recorrido por hechos luctosos de todos conocidos. Un libro intenso y muy denso a pesar de su poca extensión —153 páginas conteniendo apenas 27.000 vocablos—, un relato realista, duro y revulsivo, que desasosiega y agita la conciencia del lector poniéndole ante tremendas situaciones atroces ocurridas el siglo pasado que revelan la pobreza y las vergüenzas de la condición humana sin dejarle alegar ignorancia ante unos hechos verídicos que nos resistimos a creer. Supongo que muchos lectores habrán abandonado en algún momento la lectura y yo confieso que he estado tentado a hacerlo, pero la riqueza de la prosa, en algunas ocasiones difícil de asimilar sin ayuda, y el manejo de las diferentes situaciones plasmadas en el libro me ha dado pie a finalizarlo. En palabras del propio autor… «Yo no escribo para alejar a nadie de la lectura, pero soy consciente de que cada escritor que tiene un nicho, un ecosistema en el que poblarse. Yo, quizás, demando, exijo, busco un interlocutor al que le guste un tipo de literatura que obviamente no es la literatura de consumo, la literatura más extendida entre la gente.». En suma un libro difícil de recomendar salvo a personas muy concretas. Se trata del primer libro que leo de este autor pero seguramente seguirán otros impactado por sus buenas formas de hacer literario.
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