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miércoles, 7 de diciembre de 2016

Homo Deus, de Yuval Noah Harari

@YuvalNoahHarari Yuval Noah Harari nació en 1976 en Israel de padres libaneses y realizó estudios de historia medieval y militar en la universidad de Oxford pero tras obtener su doctorado amplió sus horizontes enfocándose en los procesos macro históricos. Es profesor de historia hebrea en Jerusalén y ha publicado varios libros y numerosos artículos, entre los que se cuenta el antecesor de este titulado «De animales a dioses (sapiens). Una breve historia de la humanidad» cuyo comentario se hizo en este blog en mayo de 2015. Tuve oportunidad de asistir a la presentación de «Homo Deus» que realizó el propio autor en Madrid el pasado 13 de octubre de 2016, donde los asistentes fuimos deleitados por una conferencia más que interesante sobre la humanidad en el pasado y en el futuro desde planteamientos históricos y biológicos. La conferencia puede verse en el canal youtube en este ENLACE en español o en este otro ENLACE en inglés.

Establecidas en el libro anterior las bases antropológicas y biológicas que explican cómo los humanos hemos llegado hasta la actualidad y puestos en evidencia conceptos como religión, empresa o política, el autor acomete en este libro unas prospecciones de hacia dónde caminamos los Sapiens en el futuro, teniendo en cuenta los acelerados procesos de cambio que han tenido lugar en épocas recientes y actuales. Los desarrollos tecnológicos, el uso de la información y la búsqueda incesante de felicidad y longevidad entre otras cuestiones, son la base del desarrollo de este libro en sus casi quinientas páginas que contienen ciento cincuenta y cinco mil vocablos entre los que destaca por su uso el término humano y sus derivados que se utiliza en novecientas cuarenta y siete ocasiones. Hemos delegado, probablemente en demasía, nuestra inteligencia y nuestro conocimiento en nuestros ordenadores y smartphones, que en muchos casos «nos conocen» y «recuerdan» mejor que nosotros mismos. El mercado laboral se reduce y es necesario su reparto, lo que generará mayores espacios de ocio que habrá que rellenar de forma que no lleguemos al hartazgo y al aburrimiento o, lo que es peor, a no ser necesarios y plantear problemas en los esquemas del futuro. El Homo Sapiens evoluciona hacia Homo Deus, pero al igual que nuestros congéneres Neandertales desaparecieron de la faz de la Tierra hace 38.000 años, los Sapiens podemos seguir sus pasos.
«Quien intenta deducir el bien y el mal de alguna otra cosa (como la palabra de Dios o el interés nacional) nos engaña, y quizá también se engaña a sí mismo».
Si no se ha leído el anterior libro de este autor titulado «De animales a dioses (Sapiens)» la lectura de este pudiera resultar incompleta o a mi modesto entender se aprovecharía menos, por lo que recomiendo leerlo con anterioridad para poder sacar mucho más provecho de «Homo Deus». Sin resultarme tan fascinante como el libro anterior, los planteamientos del autor sobre el futuro de la Humanidad en base a sus consideraciones biologicistas pudieran ser de lo más plausible, pues ya hoy en día asistimos a los atisbos de muchas de las opciones planteadas. Las conceptos de religión, estado y empresas pueden estar cavando su propia tumba al menos tal y como los conocemos hoy en día. El «dataismo», la ciencia de los datos, está instalada entre nosotros y contribuimos a su engrosamiento sin darnos cuenta con nuestros teléfonos móviles, nuestras tarjetas bancarias, nuestros accesos a la red y multitud de tecnologías que detectan nuestro devenir diario y engrosan las bases de datos de gobiernos y compañías, permitiendo estudios que van más allá de los simples datos; «Nuestros datos personales son probablemente el recurso más valioso que la mayoría de los humanos aún pueden ofrecer, y los estamos cediendo a los gigantes tecnológicos a cambio de servicios de correo electrónico y divertidos vídeos de gatitos.».

La lectura de este libro es reveladora y tanto si se cumplen sus pronósticos de forma fiel como si no, no cabe duda de que muchas de las soluciones planteadas están siendo consideradas. El ser humano busca su longevidad más allá de los planteamientos naturales actuales y ello solo puede lograrse con la suplantación mecánica de sus partes biológicas deterioradas, con lo que podemos caer en el peligro anticipado por el autor de que ya no seamos «físicamente» necesarios y se pueda prescindir de nosotros, al menos de un gran número, que no seremos necesarios para producir y si un «estorbo» en el desarrollo de la vida en la Tierra. La gran capacidad de cooperación de la que hemos hecho gala los Sapiens desde tiempos ancestrales encuentra ahora un medio de potenciarla hasta extremos cuasi infinitos apoyándose en la conectividad que permite la red, con lo que con el paso del tiempo los propios Sapiens, al menos en un ingente número, podemos ser completamente prescindibles; una vez que el trabajo no es completamente imprescindible para la supervivencia… ¿cómo mantener a la humanidad ocupada y satisfecha?


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