Uruguayo de nacimiento, Mario Benedetti —Mario Orlando Hardy Hamlet Brenno Benedetti Farrugia—nació bajo el signo de virgo en 1920 y tras deambular en sus primeros años por algunas poblaciones, cuando contaba cuatro años llega a la capital, Montevideo. Tras unos primeros años de estudios, con catorce comienza su etapa laboral trabajando en una empresa de repuestos para automóviles. Muy activo en diversas etapas de su vida en el mundo público, en 1973 y con motivo del golpe de estado tuvo que abandonar Uruguay, residiendo en Buenos Aires, Perú, Cuba y Madrid, alejado de su esposa que permaneció en el país por motivos familiares. Consiguió regresar en 1983 y desde entonces estuvo volcado en su actividad literaria, recibiendo numerosos premios internacionales hasta su fallecimiento, que tuvo lugar en mayo de 2009. Su obra es muy prolífica en diferentes géneros y en ella refleja la angustia de sus compatriotas por encontrar salidas a las circunstancias políticas impuestas por los militares no solo en su país sino en muchos de los países vecinos. Por reflejar alguna de sus obras, podemos destacar «La tregua», «Gracias por el fuego» o «Andamios» publicada en 1997 donde transmite sus impresiones personales en el regreso tras el exilio. Otro de sus libros, «Primavera con una esquina rota» ha sido ya reseñado en este blog y su contenido puede accederse en el siguiente enlace. Cultivó también el género poético-musical junto a intérpretes como Joan Manuel Serrat.
El libro está compuesto por una serie de relatos-cuentos cortos sobre temas diferentes. En esta antología, el mismo Benedetti ha seleccionado sus mejores cuentos de sus libros Montevideanos (1962), La muerte y otras sorpresas (1968), Con y sin nostalgia (1977), Geografías (1984) y Despistes y franquezas (1989). El amor en todas sus formas, la vida, la muerte, el exilio y numerosas anécdotas cotidianas de la vida sencilla se dan cita en estos relatos que nos brindan el placer del descubrimiento de escenas cercanas.
Un librito de 197 páginas en su edición de bolsillo con apenas cuarenta y tres mil vocablos en su edición electrónica. Destila humor e ironía por todos sus poros a la vez que un gran ingenio y una suprema capacidad de síntesis que requieren los buenos cuentos, que en su brevedad permiten grandes desarrollos. Para leer no de un tirón sino entremezclando con otras lecturas para disfrutar de la prosa elegante y cuidada, casi poética en algunos párrafos y por momentos plagada de vocablos trastocados del español de allende que despiertan la evocación del lector, algunas veces difícil de conseguir como en el cuento que versa sobre fútbol. La vida de los uruguayos en la segunda mitad del siglo XX, con sus muchos problemas pero sin perder la ilusión y y manteniendo la esperanza en alcanzar una vida mejor.
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