Jorge Mario Pedro Vargas Llosa nació en Arequipa, Perú, en marzo de 1936 y es uno de los más importantes novelistas y ensayistas actuales, con numerosos e importantes premios que jalonan su obra y que culminan con el Premio Nobel en 2010. Nacionalizado español en 1993 y residente en España, el rey Juan Carlos I le distinguió con el título de Marqués de Vargas Llosa. Desde muy temprana edad y posiblemente como una rebelión contra la autoridad paterna —que no conoció hasta los diez años debido a la separación de sus padres—, su vocación de escritor ha ido en aumento a lo largo de toda su vida dando lugar a una ingente producción de obras que comenzaron trabajando de columnista en periódicos locales. En 1959 se casa con una tía política tuya y viene a Madrid donde obtendrá el doctorado en Filosofía y Letras por la universidad Complutense de Madrid. Desde esa época ha residido en diversas ciudades europeas, aunque pudo regresar a Perú al postularse como candidato a la presidencia en 1990. Miembro de la Real Academia de la Lengua Española desde enero de 1996, la relación de sus obras sería muy larga y por ello solo citaremos la reseñada ya en este blog «El sueño del celta».
Urania Cabral salió de forma abrupta de la República Dominicana cuando contaba 14 años y reside y trabaja en Nueva York. Tras 35 años de ausencia y sin contacto alguno con su familia, en 1961 regresa a su país y visita a su padre, el «cerebrito» Cabral, antaño un importante hombre del régimen de Trujillo caído en desgracia, y que ahora está paralítico y sin poder siquiera hablar. En un vaivén de sucesos entremezclados, la vida del dictador durante 30 años Rafael Leónidas Trujillo, apodado el Chivo por sus continuas demostraciones de virilidad, será mostrada al lector con toda su crudeza, así como los variopintos personajes que le rodeaban y los sucesos que tuvieron lugar en aquellos últimos años de su dictadura. Urania acabará sincerándose con sus tías y primas revelando el porqué de su apresurada marcha, de su ausencia y el resentimiento profundo contra su padre por los hechos acaecidos en «La fiesta del Chivo».
«Lo salvaron, para que Ramfis y sus amigos pudieran seguir matándolo a poquitos».
«Sansón se pasea nervioso por su barrita de madera, encrespando las plumas».
Tenía pendiente un reencuentro con este autor que se iba demorando y no hay nada como la «obligación» impuesta y aceptada de un club de lectura para ponerse manos a la obra, una obra que ha resultado muy gratificante al disfrutar de sus 518 páginas con algo más de 152.000 vocablos a cada cual más delicioso. Novela histórica o historia novelada, los sucesos acaecidos en la República Dominicana en aquellos años finales de la larga dictadura de Trujillo servirán al lector para deleitarse con el magnífico empleo del español del autor, en una mezcla de tiempos, personajes y situaciones que embelesan y deleitan. La maestría de Mario Vargas Llosa es de sobra conocida y este libro es una oportunidad de disfrutar de ella y recrearse con unos personajes deleznables —todos con sus apodos y entre los que destaca por su crueldad Johnny Abbes García— fenomenalmente perfilados y que no se paran ante nada para satisfacer los deseos y exigencias del dictador que les está poniendo continuamente a prueba. Este libro se publicó en el año 2000, cuarenta años después de los sucesos y aunque la parte histórica pudiera no interesar al lector, disfrutará enormemente de su lectura.
«Se acercó a la ventana. Seguía oscuro, como si fuera media noche. Pero divisó menos estrellas que una hora antes. Lucían acobardadas. Estaba por asomar el día y pronto se correrían.
«… viniera a la Casa de Caoba sólo para comprobar que Rafael Leónidas Trujillo Molina era todavía, pese a sus setenta años, pese a sus problemas de próstata, pese a los dolores de cabeza que le daban los curas, los yanquis, los venezolanos, los conspiradores, un macho cabal, un chivo con un güevo todavía capaz de ponerse tieso y de romper los coñitos vírgenes que le pusieran delante».
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