Juan Ramón Lucas Fernández nació en Madrid en 1958. Licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid, cuenta con una larga trayectoria profesional en radio, televisión y prensa, reconocida con algunos premios relevantes como el «Ondas» y de la Academia de televisión, entre otros. Entre sus libros publicados, «Conversaciones sobre la Felicidad», «Diario de Vida», «La maldición de la Casa Grande» y este que comentamos hoy publicado en este año de 2021. Más información en su página web.
Greta se tomó la decisión como una dolorosa derrota. Juzgó el ingreso de su abuela en la residencia como un abandono cruel, una condena al olvido y la soledad que en su padre habría de considerarse además traición.
Greta es hija única del matrimonio formado por el actor Julio Noriega y la presentadora de televisión Alicia Lebrato. Greta ha crecido más cerca de su abuela debido a las profesiones de sus padres, que no atraviesan tampoco un buen momento en su matrimonio. Greta conoce y profundiza en un círculo de jóvenes islamistas, haciendo buena amistad con Fátima y enamorándose de uno de ellos, Mohamed, al que llega incluso a presentar a sus padres. Acabado el bachillerato, Greta, para cursar estudios de interpretación, se traslada a Londres, donde sigue en contactos con sus amigos y será contactada por un conocido de Mohamed, ya mayor que ella iniciándose una relación entre ellos que no es conocida por sus padres. Con motivo de unas vacaciones de Navidad, Greta y Fátima hacen un viaje a Turquía donde Greta acabará desapareciendo secuestrada en una gasolinera, con la consiguiente intranquilidad y desasosiego de sus padres que ponen el caso en conocimiento de la policía, llegando incluso al Ministro del Interior, conocido personal de la madre de Greta. Pasa el tiempo sin ninguna noticia hasta que la policía muestra a los padres una fotografía en la que aparece muerta Greta. Cuando parece que todo ha terminado, la acción sigue llevando a los protagonistas por unos vericuetos insospechables…
No es tu dolor el que quiero causar. Eres, como yo, una víctima, pero tu muerte te trasciende a ti, como el hecho de matarte lo hace conmigo. Eres el precio de un crimen que te sobrepasa…
Leyendo esta (escalofriante) historia me ha venido a la mente otra leída hace tiempo y titulada «La infiel», de Reyes Monforte, comentada en este blog en agosto de 2011 y accesible desde este enlace. Toda comparación es odiosa, pero diría que ambas historias son de muy recomendable lectura para jóvenes, especialmente «jóvenas», que puedan establecer relaciones sentimentales profundas con personas de distinta religión. Hay muchos detalles que no se aprecian en los primeros momentos de ensimismamiento y que pueden resultar fatales con el paso del tiempo. El bien y el mal, la verdad y la mentira, el amor, la fe, la religión, la nacionalidad… pueden tener muy diferentes matices según el prisma —religioso— del cristal con que se les mira. La lectura de la trama de este libro es perturbadora por su verosimilitud y por poner al lector ante planteamientos muy humanos y actuales en relación con la diferencia de identidades por mor de la religión. Aunque en algún momento me he sentido perdido por los cambios de tiempos y el desarrollo de la acción adelante-atrás, el andamiaje general es muy cuidado y dejará al lector sorprendido con un giro final inesperado, aunque podría estar planteado desde los prolegómenos de la novela con pequeñas pistas que acaban teniendo sentido. Una buena novela, de plena actualidad en estos tiempos, que plantea numerosas cuestiones abiertas y que es imprescindible para atisbar aspectos de otra cultura que conviene conocer para alimentar nuestro conocimiento y tener cuidado a la hora de asumir ideas preconcebidas.
…lleno de personas solas que no hacían sino matar el tiempo que les quedaba para apagarse. Hasta que se apagaban del todo.
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