Aaron Lee, nacido en Madrid en 1988 de padres surcoreanos, es músico con la carrera de violín por el Conservatorio Superior de Música de Madrid. De 2010 a 2017 se integra en la Orquesta Nacional de España como el profesor más joven al tiempo que inicia sus actividades como emprendedor en el mundo empresarial. Es fundador y alma mater de la fundación «Arte que alimenta» centrada en ayudar a los jóvenes en riesgo de exclusión. Este libro que hoy comentamos, «Yo soy el que soy», se presentó en 2020 y es la base para una magnífica obra teatral-musical que se está representando actualmente en teatros de toda España. Más información en su página web.
«La música primero fue sentimiento, después idea y luego juego.»
El libro es un relato en primera persona de la vida del autor, una vida difícil especialmente en su juventud por su orientación sexual que era completamente desaprobada por sus padres —mi padre me encerró por ser gay—, tremendamente religiosos, y que le llevó a situaciones incomprensibles en su entorno familiar, secuestro incluido en una isla coreana, que al final pudo superar con mucha resiliencia y crecimiento personal, apoyándose siempre en sus profundos conocimientos musicales que hacen de él un virtuoso del violín. Los capítulos van acompañados de recomendaciones musicales de interpretaciones de los grandes maestros de la música clásica.
«He tardado casi quince años en reunir el valor para escribir y compartir esta historia con el mundo…. Con este libro cierro una etapa, para no vivir atado al pasado y poder continuar con la ilusión y esperanza de que pueda ayudar a otros.»
Conocí la existencia de este libro a la salida de la representación teatral de la obra del mismo título adaptado por el propio autor y el prolífico escritor de novela juvenil Javier Ruescas en una nueva versión. Una representación teatral muy cuidada —que se está representando ahora (finales de 2021 y principios de 2022) en varias ciudades españolas— y con aspectos innovadores que no se pueden desvelar aquí pero que merece muy mucho la pena, como así también el libro en el que el autor avanza en su vida con diálogos enriquecedores y detalles precisos apoyados en una cuidada redacción, donde muestra la evolución de su educación en un ambiente familiar inusitadamente hostil, un verdadero infierno en su propia casa, incomprendido especialmente por su padre, pastor evangélico, y luchando con una resiliencia encomiable contra viento y marea para salir adelante en sus convicciones personales, al tiempo que llegaba a lo más alto en sus estudios musicales con el violín. En palabras del propio autor, «Cualquier cosa que se haya logrado con mucho esfuerzo por generaciones anteriores, las damos hoy por supuestas» por lo que hay que estar siempre atentos pues en minutos nos puede cambiar la vida. Un libro redactado en un tono positivo, sin rencor, muy interesante desde muchos puntos de vista para educación de jóvenes e información de mayores sobre nuevas formas de expresión de la sexualidad que, afortunadamente, se están ganando el respeto debido en la sociedad.
«Prefiero tocar en la calle que tocar al lado de ese inútil! —digo tajantemente y me voy. “Idiotas, ellos se lo pierden. ¡Que se queden con ese incompetente! El lago de los cisnes se va a convertir en El pantano de los patos”.
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