BÚSQUEDAS en este blog

martes, 4 de julio de 2017

Sonata de estío, sonata de otoño, de Ramón María del Valle Inclán

Ramón María del Valle Inclán, escritor gallego nacido en 1869 en Villanueva de Arosa. Uno de los grandes narradores y dramaturgos de principios del siglo XX. Estudió derecho pero no mostró interés alguno por ejercer, dedicándose a la literatura y a la vida bohemia, trasladándose a Madrid donde frecuentaba tertulias y cafés, ganando algún dinero con colaboraciones periodísticas y ejerciendo de traductor. En un incidente en 1896 perdió un brazo, lo que añadió una cierta identidad a su manera de vestir y su pelo y barba inusitadamente largos. Considerado parte de la generación del 98 con autores como Unamuno y tras publicar sus famosas Sonatas y adaptarlas al teatro, entra de lleno en el género de la novela aunque con no muy buenas críticas. La década de los años 20 significó su consagración definitiva, destacando «Luces de Bohemia» escrita en 1920 y «Tirano banderas» escrita en 1926. Las cuatro «Sonatas» fueron publicadas entre 1902 y 1905, constituyendo una gran aportación al modernismo, del que es considerado como un maestro como asimismo del esperpento en la literatura. Falleció en Santiago de Compostela en 1935.

En la sonata de estío o de verano, el Marqués de Bradomín en su etapa de juventud realiza un viaje en barco desde Londres a las costas de Méjico. Una aventura romántica en la que trata de olvidar antiguos amores. Allí queda prendado de una nativa, la Niña Chole, a la que sigue por todo el país tratando de seducirla y hacerla suya, a pesar de las advertencias de ella de estar relacionada con un bandolero que además es su padre y que puede cobrar venganza. El encuentro de un refinado burgués europeo con una bellísima criolla transita por diferentes lugares y situaciones tormentosas que aprovecha el autor para recreo del lector incluso en el léxico utilizado. En la sonata de otoño, la acción transcurre en Galicia cuando el marqués va a visitar a su prima Concha, que fue algo más en su juventud y que está próxima a morir. Resurge un viejo romance de juventud con aires nostálgicos y melancólicos en el mismo pazo en que se conocieron hace muchos años y donde traen a su memoria recuerdos propios y de personas con las que se relacionaron.

Delicioso encuentro con este autor, uno de los clásicos de la literatura española y mundial al que no me había acercado. Su imagen personal y su relación con el llamado «esperpento en la literatura» no me atraían en demasía, pero estos dos historias cortas, de poco más de veinte mil vocablos cada una, me han resultado entretenidas y me han permitido añadir a mi acervo unos cuantos, muchos, vocablos novedosos cuyo significado he tenido que ir a buscar al diccionario y en algunos casos a internet por no encontrarlos en él. Prosa magistral, bella, elegante, perfectamente engarzada para construir relatos brillantes y yo diría que hasta con cierta musicalidad. La excelente impresión me llevará a leer las otras dos sonatas y más libros de este autor redescubierto para mí: una ventaja positiva de cumplir con los clubes de lectura que te llevan a leer autores que van siendo pospuestos una y otra vez.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

opiniones