El bolígrafo de gel verde, Eloy Moreno

Nada de lo que esconde esta novela puede deducirse del título de la misma. Yo diría que es un plasmar con mayor o menor acierto la vida de muchos de los ciudadanos de las grandes urbes, donde la rutina diaria llega a ser la esencia de la vida. Unos cuantos metros cuadrados de casa, otros pocos de oficina, un coche, muchas horas de trabajo, los desplazamientos, los niños, el llegar tarde a casa queriendo incluso no llegar. No se puede generalizar pero esto lo vemos a diario y algunos lo sufren en carnes propias.

La novelita se lee de un tirón. La tenía por ahí como esperando porque se habla de ella, desde su publicación a primeros de 2011 e incluso mucho antes. A poco que indaguemos por internet podemos constatar una lucha constante y mantenida por el autor en busca de una editorial que la pusiera en las tiendas, en "utilizar los canales adecuados”. Menos mal que estos “canales adecuados” van a sufrir, están sufriendo, una profunda modificación, revolucionados por el libro electrónico que ha entrado como elefante en cacharrería en la vida de los ciudadanos. Solo es necesario constatar como aumenta día tras día su número en el transporte público de Madrid, por ejemplo.

El protagonista, casado por amor y con un hijo pequeño, arrastra su vida de programador informático en una empresa que le sorbe el seso y las horas. Algún coincidente laboral le sustrae queriendo o sin querer su bolígrafo de gel verde y eso le lleva a comenzar una cruzada por la oficina donde puede ver y hacer cosas inimaginables desde la monotonía diaria. Su matrimonio de forma paralela ha caído en la rutina más absoluta, que hace que le cueste volver a casa por lo que alarga de forma artificial su jornada laboral. ¿Os suena? Al final toma la decisión y las cosas se precipitan en unos derroteros que no voy a desvelar pero que cuando menos nos harán reflexionar y quién sabe si imitar.