El pasado mes de Enero leí mi primer libro de Eugenio Fuentes, Las manos del pianista, y manifesté mi opinión en este post. Como me gustó, me ha tocado volver a leer nuevas aventuras de Ricardo Cupido, el detective protagonista de esta novela negra. Los hechos se centran en el mismo pueblo ficticio que tienen a Cupido como protagonista, Breda, con Madrid como ciudad secundaria de la trama.
Comienza con el asesinato en Breda de una mujer pintora y dueña de una Galería de arte en Madrid, y dueña por herencia de una casa en Breda, donde vivieron sus padres. El asesinato provoca que su novio contrate a Cupido, ya que parece que la guardia civil parece no disponer de muchas pistas para su solución, y el novio de la víctima, el abogado Anglada, desea fervientemente que el caso se esclarezca. Cupido comienza la investigación, y con pocos resultados esclarecedores, la cosa se complica cuando se produce un nuevo asesinato, y con la excusa de que debe ser un loco de la zona, Anglada decide dar por finalizada la investigación de Cupido.
Pero Cupido puede renunciar a recibir los emulentos de su investigación, pero su espíritu no le permite abandonarla y continúa escudriñando, hasta dar con la solución del caso.
En una charla con uno de los personajes habituales en esta saga de Cupido, Alkalino, un amigo que le proporciona interesantes informaciones, le comenta a nuestro protagonista: —¡Bonito oficio el tuyo!. Se supone que te pagan por descubrir la verdad y precisamente por hacerlo dejan de pagarte. Deberías buscarte otro trabajo.
En resumen, una novela entretenida, trama policial muy bien entretejida, y que te deja con ganas de seguir leyendo novela negra española.
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